Un día que recordar...

Ayer tuve la gran suerte, junto con otras compañeras de pasar un largo rato con una mujer que se ha dejado la piel durante toda su vida por su familia. Nos hablaba sobre el cuidado del más mínimo detalle en la cocina, en el servicio a los demás y de cómo vivir una vida generosa dándose a los demás en los pequeños detalles en la limpieza, en las necesidades del de al lado...y todo sin que nadie se entere con un trabajo silencioso y escondido.
Una mujer que estuvo mucho tiempo muy cerca de una amante de las tareas domésticas, pero no de unas tareas cualquiera, sino de una tareas hechas con mucha humildad y laboriosidad. Su nombre es Lolita y a sabido transmitir a sus aprendices con el testimonio de Dora el amor y la ilusión de transmitir a su alrededor la alegría de vivir una vida llena en servicio.
Hoy ha sido una gran día que espero quede grabado para siempre. Gracias a todas las que con su ejemplo nos enseñan a trabajar con gran ilusión.
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